jueves, 10 de julio de 2008

El tesoro inútil







6 comentarios:

Walter Leonardo Doti - (Filosofo Multimedia) dijo...

LLevaba fajos enormes de billetes de esa época al jardín para alardear, ¡Y ya no servían! (Año ´81)
El diseño es muy pop. Y la esfigie no es de San Martín sino, evidentemente, de un actor que hace de San Martín.

Marcelo Perez de Adelina dijo...

Pobre tipo, ¡que lo hayan puesto en todos los billetes! ¿es que lo buscaba la policía?

Satán

Fede dijo...

¿Seguro que ya no servían? Yo creo tener el recuerdo de haberlos usado para comprar un naranjú... O mejor: un matejú, que venían en recipientes esferoides que al ser rellenados con papel de diario, conformaban un balón de fulbo estilo carcelario que ni te cuento...

PD: No es San Martín: es Federico Lupi.

nadie dijo...

Walter:
Antes que nada, gracias por volver, eso sí que es más que un modesto milagro.*

Estos billetes también me acompañan desde la infancia, sirvieron para comprar en supermercados imaginarios, pagar sueldos de gente que no existía, entre otros usos.

*Pasé incontables veces por su espacio, pero tengo graves problemas para entablar cualquier tipo de relación social, sepa disculpar, y téngame un poquito de paciencia,(si no le parece que pedir esto sea demasiada impertinencia).


Ulises satánico:
A usted lo busca la policía. La policía del pensamiento!



Fede:
Madre me tenía prohibidos los naranjú, decía que los hacían con agua sucia. El rivotril no sé con qué lo hacían , pero con ese no tenía drama.
El matejú, pegaba?

nadie dijo...

Donde estás Lucrecia?

Volvé, o mejor, hacete un blog, che, tu nombre al reves es algo así como Aicercul, parece un suspiro de queja sobre lo terrible que puede llegar a ser, ser cul hoy en día.

¿Quién puede ser fresco con lo podrido que está todo?

luli dijo...

mucho miedo al cool moderno.
dichosas las que cargamos con nuestros nombres.
tenia un blog y olvide la contraseña.
cada día estás más hermosa en mis pensamientos*