La palabra es un síntoma de afección.
La decrepitud nos acecha en cada palabra. En cada verso corremos el riesgo de transformarnos en lo que más despreciamos. Pero hay un riesgo peor: el de encontrarnos.
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2 comentarios:
La palabra es un síntoma de afección.
La decrepitud nos acecha en cada palabra. En cada verso corremos el riesgo de transformarnos en lo que más despreciamos. Pero hay un riesgo peor: el de encontrarnos.
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